Esta obra está escrita por Zorrilla. Fue publicada en el año 1844, pero con el paso del tiempo se han hecho numerosas adaptaciones.
Se me ha presentado la ocasión de asistir a una obra teatral adaptada por Juan Mayorga, dirigida por Blanca Portillo y protagonizada por José Luis García-Pérez.
Los actores de esta obra son Beatriz Argüello, José Luis García-Pérez, Juanma Lara y Miguel Hermoso, Eduardo Velasco, Francisco Olmo, Ariana Martínez, Marta Guerras, Luciano Federico, Daniel Martorell, Alfonso Begara, Alfredo Noral, Raquel Varela y Rosa Manteiga.
El resumen de esta obra es el siguiente:
Don Juan Tenorio hace una apuesta con don Luis Mejía, su gran rival, en la que don Luis Mejía desafía a don Juan a conquistar a una novicia (persona que por los hábitos de su religión aun no ha sido profesada), y don Juan añadió a la apuesta que además le robaría a su futura esposa.
Los dos mandan a sus criados llamar a la justicia y amos ingresan en la cárcel.
Finalmente, don Luis sale de la cárcel y avisa a su prometida, doña Ana, de que don Juan vendría a conquistarla.
Don Juan sale también , y pide a Lucia, criada de doña Ana, que abra las puertas de de la casa y a cambio la daría buena fortuna.
Don Juan habla con Brígida, dueña de Inés, la entrega una carta de amor escrita por él para que se la de a Inés y ella le dice como entrar al convento sin que le vea nadie.
Brígida le entrega la carta a Inés y cuando esta termina de leerla, don Juan aparece inesperadamente en la estancia. Inés se desmaya al verle y don Juan aprovecha para llevársela a casa.
Ya en su casa, don Juan esta dispuesto a violar a Inés, cuando por primera vez la mira a la cara y se enamora profundamente de ella, al igual que Inés de él.
De pronto, entra don Luis a matarle, pero no lo consigue ya que don Juan le mata primero. Tiempo después aparece don Gonzalo, padre de Inés, a matarle también. Don Juan le ruega que le deje demostrar el amor verdadero que le profesa a su hija, mas el gobernador no está dispuesto a conceder su petición, e intenta matar a don Juan, pero este le mata de un balazo.
Tras este acontecimiento, don Juan huye a Italia.
A continuación comienza la segunda parte de la obra, que resultó un poco mas compleja de entender.
Tras años fuera de España, Tenorio regresa a Sevilla. En lugar de su casa, se encontró enterrados al gobernador, don Gonzalo, a don Luis Mejía y a su amada, doña Inés.
Luego de haber descubierto esto, llegaron Centellas y Avellaneda, que eran muy buenos amigos de Tenorio desde hacía años. Este les invitó a cenar junto con el espíritu de don Gonzalo.
Durante la cena, el espíritu de don Gonzalo se aparece y desea llevarse a don Juan al infierno. Pero el espíritu de doña Inés ayuda a don juan y se los lleva a ambos al cielo.
La interpretación de la obra fue muy buena y me llamó mucho la atención la ropa que vestían. Era ropa del siglo XXI, y nos desconcertó un poco porque no era el tipo de ropa que solía llevar la gente en aquella época. Fue una de las dudas que arrastramos hasta el final de la obra, pero tras acabar la interpretación se realizó un coloquio en el que se podía establecer un debate entre los espectadores y el equipo de la obra (productores, directora, actores, guionista..). La duda sobre la vestimenta de los personajes se planteó en el debate, y Blanca Portillo nos refirió los motivos. Con esa vestimenta tan “actual” querían transmitir al público don Juanes hay en todos lugares y épocas, y así ambientar la obra en la sociedad de hoy.
Una cosa que me gustó mucho fue la estética de los cambios de escena y la música blues que relajaba el ambiente tras escenas de tensión.
Y finalmente me llamó también la atención algo que dijo Blanca Portillo: “Ya va siendo hora de que alguien llame a Tenorio por su nombre.”. Siempre se había preguntado por qué un hombre como don Juan Tenorio, que mostraba total desprecio hacia las personas, podía haber llegado a convertirse en un mito.
“Don Juan Tenorio no es un héroe, no es un luchador que busca un mundo mejor, Tenorio es el vivo retrato del desprecio hacia los demás.” Blanca Portillo.
Leyre